Obra de teatro que nunca me cansaré de leer. Desde que me obligaron a leerla en el instituto la he releído como cuatro o cinco veces.


Cuenta la historia de unos personajes un tanto peculiares que deciden, por circunstancias personales, beber una pócima que los hace inmortales y, a partir de ahí viven aventuras un poco descabelladas y absurdas.


No hay mucho que contar de esta obra de teatro, con ella me he reído mucho y si te gusta el humor absurdo y las historias sin pies ni cabeza esta obra seguro que te gustará.


Los personajes que podemos encontrar son muy dispares, y cada uno tiene su propia personalidad, pero el que más destaca es Emiliano, el cartero. Este personaje es el que más cabeza tiene de todos los protagonistas y, a la vez, es quien pone la voz de humor en la obra de teatro.


Una obra muy amena y divertida que es genial para acercar a los más jóvenes a este tipo de literatura y enseñar que los clásicos no son aburridos. Este libro te sacará más de una sonrisa y, seguramente lo volveréis a leer ya que en acabarlo os quedará una sensación de no saber que habéis leído de lo extraña que parece esta obra.


-Se ama la vida porque se sabe que va a concluir, pero cuando se sabe que no va a concluir, se la odia.-